La sierra de Gredos es para mí, en invierno, el Himalaya español, ya sabemos que Ávila es un lugar frio, pero aquí no es que haya nieve en invierno, que la hay. Es el hielo, el paraíso del carámbano y la tiritona
Aquí he pasado la peor tormenta en mi vida de montañero, un diciembre de hace que se yo cuantos años atrás, dos días dentro de la tienda, bajo una intensa nevada que la cubría y que había que descubrir para evitar que el peso acumulado la aplastase, el altímetro de los analógicos de aquellos de hilo a consecuencia de la borrasca tan tremenda se rompió y el termómetro alcanzo a medir menos cinco grados dentro de la tienda, los ratos que se coloco fuera menos veinte
La primera tarde el viento era tan fuerte que por miedo a perder la tienda, me la pase haciendo un muro de nieve, tal como hacen los iglús
El agua de la cantimplora se helaba apenas se enfriaba tras ser hervida y el regreso hasta el coche cuando más o menos se calmo todo fueron horas de sufrimiento, varios kilómetros sobre nieve blanda de más de dos metros sin raquetas o esquíes