En varias ocasiones he regresado a este pantano guiado más que nada, por la afición a tentar a la esquiva trucha que mora plácidamente en sus aguas. Decir que los atardeceres y las noches pasadas en sus márgenes tienen un algo extraño, un silencio y unos reflejos que verdaderamente dan algo de miedo cuando se está durmiendo bajo las estrellas. En nada ayuda el pensar que algunos pueblos están ocultos bajo la superficie, tal como Vegamian , Lodares, Armada, Campillo, Quintanilla y Ferreras. Todos ellos tragados definitivamente en 1967 por las aguas